SANTA ROSA CARTA 26

9 D’AGOST

Querido misionero peruano,

¡Ya cada vez queda menos para volver a casa! ¡Has de estar alegre y entusiasmado! Y de esto vengo a hablarte hoy, con ideas que transmitió el Papa Francisco hace poco, enardeciendo a vosotros los jóvenes, suscitando entusiasmo y participante del entusiasmo de los jóvenes. 

Él mismo, al recibirlos el primer dia en la pasada JMJ, les dijo que «para que mi fe no sea triste he venido aquí a contagiarme con su entusiasmo ». Un entusiasmo que proviene de poner a Cristo en el centro de nuestra existencia, de tal manera que toda nuestra vida haga referencia a Cristo, y por eso debemos "poner" fe, esperanza y amor en todo lo que vivimos. Ahora bien, sólo Cristo, dijo el Papa, nos lo puede dar. «Jesús nos lleva a Dios, consigo toda nuestra vida se transforma, se renueva y nosotros podemos ver la realidad con ojos nuevos, desde el punto de vista de Jesús, con sus mismos ojos». 

Por eso hoy, queridísimos misioneros, os digo a cada uno de vosotros "Pon a Cristo" en el centro de tu vida y encontrarás un amigo del que fiarte siempre; "Pon a Cristo" y verás crecer las alas de la esperanza para recorrer con alegría el camino del futuro; "Pon a Cristo" y tu vida estará llena de su amor, será una vida fecunda. ¡"Pon a Cristo" en tu vida, pon tu confianza en él y no quedarás defraudado! 

Cuando está Dios en nuestro corazón habita la paz, la dulzura, la ternura, el entusiasmo, la serenidad y la alegría, que son frutos del Espíritu Santo, entonces nuestra existencia se transforma, nuestra manera de pensar y de obrar se renueva, se convierte en la manera de pensar y de obrar de Jesús, de Dios. ¡Misionero, "Pon a Cristo" en tu vida!

En estos días en tierras peruanas, Él te espera: Escúchalo con atención y su presencia entusiasmará tu corazón. Y una vez Cristo sea el centro y la raíz de tu vida, transformada por el entusiasmo de este encuentro de amor, serás capaz de convertirte en mensajero alegre del amor divino para todos los que nos acompañan en nuestro caminar por este mundo y, al mismo tiempo, elementos transformadores de nuestra sociedad. 

Como decía el Papa, ¡hagan lío! Transmitamos esta nuestra Fe a todos los rincones de la Tierra (empezando por los rincones perdidos de Perú) y prosigamos nuestra misión evangelizadora en casa, en la universidad, en los grupos de amigos… siempre con entusiamo y alegría. Somos portadores de la Luz de Cristo, ¡solo faltaria no estar entusiasmados!