sábado, 13 de julio de 2019

CRÓNICA DÍA 18: 01-08-2019

¡Hau!
Hoy nos hemos despertado gracias a la cortesía de unas chicas peruanas, Araceli y Cris, que con su incesante berborrea no nos han permitido disfrutar de nuestra última hora de sueño. Nuestra contraparte, aquellos lo suficientemente locos como para subir al Chopepirao (como ha quedado bautizado), se han despertado al son de The Greatest Showman. En media hora se han plantado allí y han mostrado sus acreditaciones, un único problema los menores necesitaban de sus padres para poder entrar. No problem, ahorita mismo llamamos y los traemos acá una montaña alejada de toda civilización y sin ningún medio de comunicación. Al final han logrado entrar, pero creo que después de la excursión eran capaces de asaltar Choquequirao y reconquistarlo. Además tenían un aliciente, pues dice la leyenda que en Choquequirao todavía queda oro enterrado pero nadie lo toca debido a los gases cancerígenos.
A las 10 han iniciado su descenso mientras el equipo lisiafermos, es decir el Padre, María, Elna y sevidora que ayer tras sucumbir a nuestras heridas de guerra desistimos y optamos por volver al albergue de San Ignacio a pasar la noche hemos seguido con nuestro ascenso a Quimkaya. El camino es arduo y harto empinado además el sol no está a nuestro favor. Creo que ahora mismo el nivel de rencor hacía el padre ha alcanzado un pico histórico, pues en todos nosotros resuena su frase: "Tenía yo razón, no es para tanto". Para nada camarada, la excursión eran x km con un desnivel de x m.
A eso de la una los peregrinos han llegado al río Apurímac donde han descansado y han aprovechado para bañarse, algunos estaban tan desesperados que han entrado incluso con ropa, ese ha sido el caso de Clara Umbert, Tato Salvador y María Gomar. A las dos los lisiafermos nos encontrábamos ya en el mirador buscando mulas para ayudar a los últimos mientras los primeros intrépidos salían del río a un ritmo frenético para no desaprovechar la luz del sol. En nuestro afán de encontrar peregrinos hemos pasado una hora buscando figuritas por el camino, no ha sido hasta las cinco que hemos avistado puntitos blancos, rojos, negros y naranjas. Nuestro entusiasmo ha sido tal que nos desgañitábamos para comunicarnos con ellos. El primer input que hemos recibido ha sido por parte de Pepe Marqués que ha gritado "Arriba España". Lo que no nos podíamos imaginar era la alegría de los peregrinos al ver una botella de agua con un mensaje de ánimo. Pero nada comparado al éxtasis al ver las mulas y algún que otro caballito, no han dudado en abandonarse en ellas. Cabe destacar la valentía de Carme al subir a la mula sin ninguna experiencia previa (ni siquiera en caballos) y la cobardía de Jaume que en un ataque de pánico ha gritado a unos pobres niños peruanos.
A medida que iban llegando se acercaban todos a la hoguera improvisada y a disfrutar de la cena, que consistía en cui (un tipo de cobaya que se considera un manjar aquí en Perú). Todos los peregrinos, agotados, han subido a las combies pues todavía nos quedan tres horas de viaje, curvas y una Misa express al llegar.
Buenas noches,
Meritxell :)

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