SANTA ROSA CARTA 2

16 DE JULIOL

¡Buenos días, misionero!

¿Qué tal el jet lag? Hoy te espera un día de turismo por Lima, es una ciudad muy presumida, llena de arte, historia y belleza, pero todo es limitado al lado de la belleza de la creación de Dios, pues lo que el hombre ha construido no se le puede comparar. Imitando a una de mis santas favoritas y ahora amiga aquí en el Cielo, Santa Catalina de Siena, me corté el pelo para que no admiraran mi belleza y así practicar de verdad la humildad.

En el mundo en que vivís parece que lo más im
portante es la apariencia: parecer grande e importante, parecer bello, parecer fuerte y sabio… Las personas se pasan el día intentando aparentar, sin embargo, la realidad es bien distinta. Detrás de las “fotos insta”, detrás de los famosos e influencers más envidiados hay personas como tú y como yo. Personas débiles, necesitadas de ayuda. Parecen mucho, pero en realidad no son nada, no somos nada, no somos superhombres.

Sin embargo, seguro que llevas en el corazón el deseo de ser grande, ¡claro que sí! Es Dios quien ha puesto ese buen deseo allí, pero el mundo se confunde y muestra un camino de grandeza equivocado. El secreto para ser un superhombre, un santo, está en darse cuenta que no podemos hacer nada sin Dios, que todos nuestros talentos, dones y capacidad de hacer grandes cosas, proceden de Él.

Al final, la humildad se resume en dejar nuestro corazón libre para que Dios haga en él cosas grandes. Aprovecha estos días para pedirle al buen Dios un corazón humilde y ¡aprovecha todas las ocasiones que te brindará en el camino para practicarla!