22 DE JULIOL
Querido misionero,
¡¡qué gozo tan grande ser niños en los brazos del Padre!! Sin Él no podemos hacer nada, ¡cómo duele al orgullo a veces experimentar esta impotencia tan enorme, de querer y no poder lograr una minucia! Pero luego, cuando vemos que no es más que soberbia, podemos darnos la vuelta y mirar el rostro del Amado.
¿No te ha pasado nunca que sabes que llevas demasiado tiempo en la TV y no eres capaz de apretar un botoncito para apagarla y, luego te pasas toda la tarde pegado a ella y te sientes fatal? Pues a mí sí, pero en vez de la TV con terminar de coser, que ya sabéis que soy del siglo XVI. Entonces el diablo pone la pregunta del millón en nuestros sesos para que dudemos de que Dios es Amor, la pregunta de “si no soy capaz de apagar la TV, ¿cómo narices voy a poder hacer esto o aquello que Dios me pide?” ¡¡Tacháááááán!! Vamos a traducirlo para que veas lo sibilino que es el cuernudo: “si no soy capaz de esto, no soy capaz de nada, porqué no cuento con la ayuda de Dios”. ¡Pues no! Si no somos capaces de algunas cosas es porqué experimentamos nuestra debilidad, así no nos hinchamos como pavos reales y cada vez con más frecuencia acudimos al Señor para pedirle su gracia. Que Él nos ama GRATIS, no con condición de que seamos capaces de esto o aquello.
¡¡CONFIANZA!! Él te dará la gracia, que no quiera que seas un superhombre, sino un santo. Y santo no es el que no cae, sino el que se levanta. “Bienaventurados los pobres de espíritu, porqué de ellos es el reino de los cielos”. Se pobre, reconócete pequeño ante tu Papaíto del Cielo, y Él te lo dará TODO.
¿Sabías que en la Biblia sale 365 veces escrito “no tengas miedo”? ¡¡Una para cada día del año!! Así que confía, que el Señor te ama.
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