sábado, 20 de julio de 2019

SANTA ROSA CARTA 6

20 DE JULIOL
Querido misionero, 
Resultado de imagen de maria madre de jesus¡ya es sábado, día de la Virgen María, de tu Mamá, mi Mamaíta! ¡Ayyyy que linda es la Virgen!
María es mediadora de todas las gracias, es decir, que todo lo que Dios te regala pasa por las manos de tu/Su Madre. A ver si te fijas en lo que te acabo de decir: de tu/Su Madre. O sea, la Mamá de Dios es también nuestra Madre, ¿no es para volverse loco de agradecimiento y amor?
En la tierra María siempre ha sido mi consuelo, a Ella he recurrido siempre en todo, y cuando digo en todo es en TODO. Ya sea con una simple mirada en la que Ella leía un “SOS”, o con palabras de todo tipo llenas de confianza como: ¡¡Mami que me ahogo!!
A María hay que ir para todo, Ella te quiere con locura. ¿Te has parado a pensar alguna vez que Ella ha entregado a su Hijo por ti? ¿o que Ella vio cómo su Hijo derramaba hasta la última gota de su Sangre por ti? Vamos, creo yo que esto no lo hace ninguna madre, que lo que sale de natural es ir a por el que hace daño al hijo y armar la de San Quintín.
No se tú, pero a Mamá yo le tengo un amor infinito. Ella siempre está junto a nosotros. Si vieras como la tenemos aquí en el Cielo… a mi me gusta sentarme en sus rodillas y dormirme como una chiquilla. Otras veces Ella me cuenta cosas, me acaricia las mejillas, la cabeza… ¡me encantan los besos que me da en la frente! Mamaíta lo es todo.
Lo que más me gusta es cuando cuenta cómo fue su vida en la tierra, le pregunto a menudo “Mami, cuéntame qué guardabas en tu Inmaculado Corazón en esta ocasión o en esa otra”. Me gusta porqué me doy cuenta de que es tremendamente humana y profundamente divina. Su corazón me vuelve loca, está todo orientado al Señor, sin sensiblerías ni ñoñeces. Al contrario, es una mujer de una firmeza espectacular.
María lo es todo, es todo dulzura y amor. No se puede amar a Dios sin Ella, no se puede vivir sin Ella. Ella te colma de caricias y dulzura. Sé tierno con tu Mamaíta, reza con cariño el Santo Rosario, salúdala con un beso por las mañanas y dile “¡Buenos días, Princesa!” o como se te ocurra, pero ponlo todo bajo su cuidado.
Cuántas cosas se le pueden decir a una madre, llénala de piropos.

Ahora deja en sus manos este voluntariado, a los compañeros, al padresito, a las hermanas y a todos los que vas a ayudar. Verás como Ella se encarga de los frutos de todo este montaje tan increíble que Dios ha pensado para ti. Y dale las gracias.

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