21 DE JULIOL
Querido misionero,
hoy es domingo, el día del Señor. Ya llevas una semana fuera de casa, ¿qué tal lo llevas? Qué realidad tan diferente a la que estás acostumbrado, ¿no? Es una gran oportunidad para luchar contra la queja y la comodidad a la que estamos acostumbrados.
Por amor a Dios y a nuestros hermanos podremos superar nuestras pequeñas manías que si no compartimos nos llevan a una ridícula situación. Prueba a ceder, ceder por amor. No se puede arar la tierra con un mástil recién cortado, o al menos no lo harás bien.
Hay que curtirse en la vida y no dejar que nos desanime cualquier cosa. No seas susceptible ante cualquier falta de consideración o corte. ¡¡Que a Cristo lo martirizaron y no se quejó!! ¡¡Y era inocente!! Tú y yo sí que somos culpables… ¿Nos vamos a quejar por un poco de contradicción?
Procura luchar para que tus palabras nunca empiecen por un “es que no me apetece”, pues será signo cierto de tu falta de reciedumbre. Por el contrario, haz las cosas por amor y por obediencia a un criterio, que seguro te ayudará a ser lo que Dios quiera que seas.
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